
Tengo la gran suerte de ser poseedora de muchisimos momentos felices de infancia que puedo clasificar según la edad así que estoy empezando a desempolvar las cosas que me divertían de chica - y para mi sorpresa aún me divierten- para compartirlas con mi familia.
Lo último que me vino a la mente fue las tardes de primavera en que jugaba con mis abuelos al solitario francés así que monté una versión express de este juego con lo que teníamos por casa para probar si a mis chicos les gustaba y debo decir que les encanta!!.
La bizkatxa nunca ha llevado muy bien eso de esperar turnos así que entre otras cosas este juego nos sirve para eso, aprender a esperar el turno y mientras tanto prestar atención a lo que hacen los demás.
Debo decir que ya nos hemos hecho con un trozo de madera y unas cuentas para fabricar un solitario francés mas apto para el tute que le damos.
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